La conectividad ha sido el elemento esencial que ha permitido garantizar el funcionamiento de nuestra sociedad durante la pandemia. Sin internet, nuestros hijos no habrían podido estudiar desde sus casas; el aparato productivo se habría paralizado por completo; no habríamos podido monitorear en tiempo real el avance del coronavirus, ni tomar decisiones oportunas para mitigar su impacto. Hoy, es difícil imaginarnos la vida sin conectividad. La crisis no solo ha puesto en evidencia la importancia de las telecomunicaciones, sino la necesidad de acelerar el cierre de la brecha digital.

Si bien es cierto que hemos avanzado, es urgente acelerar la transformación digital, facilitar el despliegue de infraestructura, promover las inversiones, articular el trabajo del Estado y la industria, entendiendo que el ecosistema digital necesita simplificación de cargas fiscales y regulatorias para poder crecer. Esta, sin duda, es la mejor apuesta para la reactivación económica y la condición básica para mejorar la calidad de vida de todos los colombianos.

Muchos creen que el sector de telecomunicaciones es el gran ganador de la crisis, pero se equivocan. Si bien está lejos de haber sufrido el impacto de industrias, como el turismo o los restaurantes, no ha sido ajeno a la situación que vive el país. Según Asomóvil, los operadores han visto una caída de sus ingresos cercana al 40%, pues además del crecimiento de su cartera, hay una importante reducción en la venta de terminales móviles y en las recargas en modalidad prepago, reflejo de la difícil situación por la que atraviesan las empresas y hogares colombianos. Y no es para menos, según el Dane, el PIB del sector ha caído un 7% en lo corrido del año.

A pesar de las dificultades, el aporte de los operadores en la coyuntura ha sido vital, además de haber mantenido al país conectado, soportando un inusitado aumento en el tráfico de la red, han dado beneficios a unos 7,5 millones de usuarios, garantizándoles un mínimo vital gratuito y la posibilidad de que los niños accedan a la página móvil de Colombia Aprende. Por eso, es apenas justo hacerles un reconocimiento, valorando su trabajo y aporte al país. Gracias a la labor de los operadores, el comercio electrónico, la educación virtual, el teletrabajo, la economía colaborativa o la inclusión financiera, son una realidad.

Hoy, cualquier plan de reactivación económica serio debe tener un fuerte componente digital. En hora buena, la Alcaldesa de Bogotá presentó un proyecto de reactivación económica y social “Plan Marshall II”, el cual puede ser una oportunidad para que Bogotá se convierta en un ejemplo de ciudad inteligente para toda Colombia, facilitando el despliegue de infraestructura, estimulando la inversión y promoviendo el acceso a la conectividad de los más vulnerables, así como los procesos de transformación digital para las mipymes. Pero debe tener cuidado, aumentar el ICA para los servicios de telecomunicaciones en las actuales circunstancias, terminará espantando las inversiones y encareciendo los servicios digitales para los bogotanos, restándole competitividad a la capital frente a otras ciudades del país y la región.

David Luna
Ex Ministro de las TIC,
Presidente de la Alianza IN.

 

AQUÍ Consulte la Columna Completa.

Ir al contenido